Artículo de Montse Purtí, abogada y mediadora, experta en ADR, Negociación y Conflictos en la Empresa Fundadora de PURTÍ LEGAL & ADR y Cristina Casanovas, psicóloga.
Si nos fijamos en nuestro día a día y observamos como distribuimos nuestro tiempo podemos observar algunos detalles.
Es frecuente que reservemos un espacio de tiempo para ir la gym o hacer deporte, valoramos mucho tener un cuerpo tonificado que nos permita llevar un ritmo de actividad adecuado.
La mayoría somos conscientes que somos lo que comemos ir por tanto cuidamos mucho nuestra alimentación, los alimentos eco, bio y de proximidad son muy valorados. También tenemos claro que el consumo de azúcar, alcohol o tabaco van a dañar nuestra salud y por tanto mantenemos a raya estos productos.
Cuidamos nuestra piel, a nadie le apetece que las arrugas hagan presencia en su rostro. Y por supuesto algunos “bestsellers” como ”Why we sleep” nos demuestran científicamente que las horas y la calidad de nuestro sueño son fundamentales para nuestro bienestar.
Pero ¿cómo cuidamos nuestro sistema nervioso? ¿Cómo gestionamos nuestro día a día para que la angustia y el estrés no estén presentes ni un minuto mas de lo necesario? ¿Cómo hacemos para favorecer el control emocional? ¿Tenemos en cuenta todos estos aspectos para cuidar nuestro bienestar?
Dejar lugar al estrés en nuestra vida nos garantiza sentir ansiedad, tristeza, dolores musculares y de cabeza, disfunciones digestivas y trastornos del sueño entre otros… y con todo esto dejaremos de hacer ejercicio de manera frecuente, alteraremos nuestros hábitos alimenticios, seremos más propensos a consumir azúcar, tabaco, alcohol u otras substancias y por supuesto nuestro sueño se verá alterado. En definitiva, todo aquello de lo que estábamos huyendo!
Empecemos a cambiar nuestro enfoque.
“El ingrediente más importante en la fórmula del éxito es entenderse bien con las personas” Theodor Roosevelt
Pensemos por un momento la cantidad de personas con las que nos relacionamos cada día. Si dedicamos unas 8 horas diarias al trabajo, ¿cuántas de estas relaciones tienen lugar en nuestro entorno laboral sea presencial o “online”?
Tengamos en cuenta las relaciones con nuestro equipo de trabajo, o con nuestros socios en un proyecto, o incluso en la empresa familiar de la que formamos parte.
Nuestra salud y bienestar dependen en gran medida de estas relaciones. En esta línea es prioritaria la gestión positiva de los conflictos y la forma de resolver los mismos.
a. Gestión positiva de los conflictos:
Una gestión positiva de los conflictos implica prevenir su escalada, de manera que no supongan una “guerra”. Como señaló Manuel Gross “En una guerra todos pierden, incluyendo el vencedor”. Imaginemos por un momento todo lo que supone para nuestra salud el estrés generado por un enfrentamiento con una persona de nuestro equipo o de nuestra organización.
Se trata, como decíamos, de cambiar el enfoque, no hay que ignorar o evitar la situación de conflicto o acomodarse a la misma, hay que poder dialogar sobre nuestras diferencias y buscar una solución creativa. Si somos capaces de ello dicho conflicto supondrá una oportunidad de crecimiento.
Afrontar positivamente los conflictos contribuirá a nuestro bienestar y al de todo el equipo. Para ello nunca demos nada por supuesto, preguntemos, escuchemos al resto de miembros del equipo para comprender sus intereses y necesidades, hablemos de las nuestras propios intereses y necesidades.
Hay que tener en cuenta que según algunos autores como Katheleen M. EisenHardt, Jean L. Kahwaay y LJ Bourgeois consideran el conflicto como esencial para la eficacia de los equipos de alta dirección.
Vivir en un entorno en paz es cada día más importante para la salud de las personas. Gestionar positivamente los conflictos deviene una necesidad en la crisis generada por la pandemia y el entorno VUCA (volatily, uncertainty, complexity, ambiguity) en el que nos encontramos.
Más que nunca los líderes de hoy deben ser flexibles, adaptarse al entorno “on line”, saber tomar decisiones en la gran incertidumbre que nos rodea y tener habilidades de comunicación y de gestión de positiva de conflictos para poder cuidar mejor las relaciones entre las personas que conforman sus equipos y las organizaciones.
b- Resolución de conflictos por medios ADR:
Nuestro entorno ha cambiado mucho des del televisor en blanco y negro hasta nuestro actual Netflix o Amazon Prime. No obstante, si pensamos en las formas de resolver los conflictos no han evolucionado a la misma velocidad.
La sociedad actual nos obliga a dar un paso más allá en la forma de resolver los conflictos. Debemos considerar otras maneras antes de acudir vía judicial.
Ya no sirve el antiguo paradigma que para que uno gane tiene que perder el otro, contamos con nuevos sistemas ADR (ALTERNATIVE DISPUTE RESOLUTION) como son la negociación colaborativa, la facilitación o la mediación, métodos que contribuyen a buscar soluciones basadas en las necesidades de las personas, en las que ninguna de las partes se sienta perdedora.
Este tipo de soluciones contribuyen en gran medida a este cuidado y bienestar de las personas, de los equipos y de las organizaciones.
Todos oímos en prensa a hablar mucho de mediación pero, ¿sabemos que es la mediación?
La mediación es mucho más que un espacio de diálogo. La mediación es un procedimiento estructurado, regulado por ley, que se dirige a facilitar la comunicación entre las personas, para que gestionen por sí mismas una solución a sus conflictos.
Se trata de un procedimiento voluntario ágil, flexible y altamente efectivo.
La persona mediadora será imparcial y neutral. El proceso es confidencial, lo que constituye una de las grandes ventajas de la mediación, puesto permite preservar la imagen y reputación de las empresas o particulares.
El proceso de mediación hace que las personas no se encierren en su propia vivencia entendiendo la visión de las otras.
Las soluciones obtenidas en la mediación tienen un alto grado de cumplimiento o compromiso puesto que el acuerdo lo han construido las partes, a diferencia de una Sentencia en que ha sido el Juez quien ha decidido como resolver la controversia.
Al final del proceso, las partes pueden decidir elevar a público o homologar judicialmente el acuerdo, de manera que tenga la misma fuerza ejecutiva que una Sentencia judicial.
El mediador es un profesional cualificado con una titulación homologada para ejercer como tal. Dicho profesional además de dirigir un proceso de mediación puede utilizar las herramientas y habilidades adquiridas en gestión positiva de conflictos para ayudar a mejorar relaciones en equipos, empresa, en cualquier tipo organización o incluso en una familia empresaria.
¿Nos atrevemos y cambiamos el enfoque? La gestión positiva de los conflictos, mediación y sus herramientas nos garantizan el éxito del que nos hablaba Roosevelt, un mejor entendimiento entre las personas.